Cap.07
Barrotes por donde

solo cabe la esperanza

Las visitas del Defensor del Pueblo a las cárceles del país dieron más visibilidad a la situación inhumana que soportan las personas privadas de la libertad. Situaciones como tener que dormir acurrucados en pequeñas baldosas, en hamacas o en colchonetas en el altar de una capilla, son algunas de las que evidenció.
Cárcel de Tumaco - Nariño
Cárcel de Tumaco - Nariño

“Escucho a los internos. El tema de salud no está funcionando como debería ser, no les entregan medicamentos, no hacen remisiones, hay personas que necesitan cirugías o exámenes especializados como tomografías y en eso vamos a incidir”.

Reclusión de Mujeres ‘El Buen Pastor’ – Bogotá

“Desde la Defensoría del Pueblo consideramos que la precariedad del sistema carcelario no se soluciona con la construcción de más rejas y paredes. Incluso, en un informe a la Corte Constitucional se indicó que ‘la construcción y adecuación de cupos carcelarios (…) NO impacta significativamente en la disminución de la sobrepoblación’”.

Cárcel de Tumaco - Nariño

“En los techos de algunas cárceles cuelgan sábanas durante el día y en las noches las usan como mosquiteros. Las colchonetas y parte de sus ropas también las dejan amarradas y en bolsas para tener más espacio en las celdas”.

Cárcel de Tumaco - Nariño

“Camino por un corredor estrecho formado por paredes de tabla en donde los internos crearon espacios como habitaciones que les dan un mínimo de privacidad. Las pintaron de colores para darle algo de vida al encierro del cuerpo”.

Reclusión de Mujeres ‘El Buen Pastor’ - Bogotá

“El hacimiento y las malas condiciones también son los mayores problemas en los centros de reclusión para mujeres. A pesar de contar con personal médico, no se logra cubrir o atender la gran demanda de servicios médicos solicitados por la población privada de la libertad”.

Reclusión de Mujeres ‘El Buen Pastor’ - Bogotá

“En esta época de cambios uno de los primeros objetivos debe ser mejorar las condiciones de los internos y repensar el sistema penitenciario. No se puede permitir la humillación tras las rejas”.

Cárcel de Tumaco - Nariño

“Un hombre me dijo: ‘Yo sé que cometí un error; pero no es justo que lo tengan a uno tanto tiempo acá, pocos aceptamos que cometimos un delito, pero no es para que tengamos que vivir sin agua, apretados, con esos baños vueltos nada y en la noche ni se diga, uno no puede dormir y todos tienen que ser amigos, porque o si no…’”.

Cárcel de Tumaco - Nariño

“Para entrar a los centros penitenciarios firmo, cumplo con las requisas y los requisitos de seguridad como cualquier ciudadano, y luego voy hacia las celdas para hablar con los internos”.

Reclusión de Mujeres ‘El Buen Pastor’ - Bogotá

“En las cárceles del país hay problemas similares como el hacinamiento, la falta de personal del Cuerpo de Custodia y Vigilancia y de vehículos oficiales, y que no hay presupuesto para las remisiones médicas”.

Reclusión de Mujeres ‘El Buen Pastor’ – Bogotá

“El hacinamiento trae el pésimo mensaje de que en la cárcel no hay renovación del alma. Se sabe que, de 125.000 internos, solo 51.000 están en programas de estudio y, a finales del 2019, tan solo 4.600 estaban en educación superior”.

Cárcel de Tumaco - Nariño

“Este es un mundo que quiebra el silencio. Siempre hay ruido: ventiladores, gente hablando o murmurando, órdenes de los guardias, música de un radio vetusto, los pasos inquietos de internos atribulados o el movimiento de la madera que parece tener vida propia con el chirriar de una tabla contra otra o los tuk tuk tuk de los golpes con los nudillos a los lejos”.

Cárcel de San Andrés – Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina

“Cuando camino por las cárceles colombianas hablo con los internos, hay murmullos cerrados por toda el área. Piden ayuda, asesorías, algunos están de acuerdo en pagar sus penas; pero de manera humanitaria”.